Cuando visitamos por primera vez la casa de Anna, en El Albir (Alfaz del Pi, Alicante), nos trasmitió mucha energía positiva. Un chalé habitado por una familia numerosa, de distintos orígenes, con muchas tradiciones y celebraciones. La estancia requería un toque de actualidad y un efecto de «casa de revista»; una casa con mucho potencial ideal para darle un toque fresco con mezclas mediterráneas, nórdicas y a su vez con influencias asiáticas. Fue un reto mantener la belleza del paso de los años, como un pilar en la decoración de esta casa. Un equilibrio entre lo sobrio y el exceso. La paleta de colores seleccionada en tonos beige, taupes, verdes y azules algo tenues y apastelados son acordes a esa fusión de estilos, que junto a unas pinceladas de negro en una base blanca consiguen dar un toque de sofisticación y naturalidad. Las notas de color y energía reflejan los colores azules y terracotas de la zona marina en la que se encuentra la casa, sobre todo en las estancias de los más jóvenes. Mar, arena y sol.