Tras un tiempo marcado de captación y búsqueda de un activo, nuestro cliente inversor decidió destinar su capital en un inmueble de herencia. Un piso de más de medio siglo sin reforma alguna, con una distribución desfasada, y repleto de muebles y pertenencias antiguas. Lo primero que hicimos, después de calcular la inversión necesaria, fue pensar en nuestro público objetivo para esta vivienda: Joven y con ganas de vivir en el centro de la ciudad; en un piso en el que pueda vivir, trabajar y mantenerse en forma. Prima la comodidad y lo polivalente. Esta fue nuestra propuesta de distribución: 1. Convertir el cuarto pequeño, la cocina y el salón en una sala diáfana, repartiendo una porción de salón en uno de los dormitorios; y 2; convertir la terraza interior en cocina y darle más protagonismo al balcón. En el baño colocamos los sanitarios de manera más práctica de manera que haya más amplitud en el mismo espacio. En el nuevo salón creamos un rincón FIT para hacer deporte, y en el balcón una zona chill out con un columpio y unas románticas bombillas.